NOTAS DE ELENA Material complementario de la escuela Sabática para adultos Narrado por: Patty Cuyan Desde: California, USA Una cortesía de DR'Ministries y Canaan Seventh-Day Adventist Church JUEVES, 20 DE FEBRERO DIOS HA VENCIDO AL MUNDO Cristo sabía que el enemigo se acercaría a todo ser humano para aprovecharse de las debilidades hereditarias y entrampar, mediante sus falsas insinuaciones, a todos aquellos que no confían en Dios. Y recorriendo el terreno que el hombre debe recorrer, nuestro Señor ha preparado el camino para que venzamos. No es su voluntad que seamos puestos en desventaja en el conflicto con Satanás. No quiere que nos intimiden ni desalienten los asaltos de la serpiente. "Tened buen ánimo —dice—; yo he vencido al mundo". Juan 16:33... ¿Por medio de qué venció él en el conflicto con Satanás? Por la Palabra de Dios. Sólo por medio de la Palabra pudo resistir la tentación. "Escrito está", dijo. Y a nosotros "nos son dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas fueseis hechos participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que está en el mundo por concupiscencia". 2 Pedro 1:4. Toda promesa de la Palabra de Dios nos pertenece. Hemos de vivir de "toda palabra que sale de la boca de Dios". Cuando nos veamos asaltados por las tentaciones, no miremos las circunstancias o nuestra debilidad, sino el poder de la Palabra. Toda su fuerza es nuestra (El Deseado de todas las gentes, pp. 98, 99). "Estas cosas os he hablado dijo el Salvador—, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido". Juan 15:11. La tarea de vencer no es una tarea triste. Significa comunicación con el cielo. Podéis ir a Dios en oración; podéis pedir y recibir; podéis creer, apoyando vuestra desvalida alma en Cristo. Esto significa que la humanidad puede obrar la voluntad y los caminos de Dios. La humanidad y la divinidad se combinan para este mismo propósito... Permite que las profundas aguas de aflicción vengan sobre nuestra alma a fin de que podamos conocerle y a Jesucristo a quien ha enviado; a fin de que podamos experimentar un profundo anhelo de corazón de ser limpiados de contaminación y que salgamos de la prueba más puros, más santos, más felices. A menudo entramos en el horno de aflicción con el alma oscurecida por el egoísmo, pero si somos pacientes bajo la prueba decisiva, saldremos reflejando el carácter divino. Cuando su propósito en la aflicción divina se haya cumplido, "exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía". Salmo 37:6 (In Heavenly Places, p. 279; parcialmente en En los lugares celestiales, p. 281). El poder de Cristo ha de ser el consuelo, la esperanza, la corona de gozo de todos los que siguen a Jesús en sus conflictos, en sus luchas en la vida. El que ciertamente sigue al Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, puede exclamar mientras avanza: "Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe". 1 Juan 5:4. ¿Qué clase de fe es la que vence al mundo? Es la que hace de Cristo vuestro Salvador personal, la fe que, reconociendo vuestra impotencia, vuestra completa incapacidad de salvaros a vosotros mismos, se aferra del Ayudador que es poderoso para salvar, como de vuestra única esperanza. Es una fe que no se desanimará; que escucha la voz de Cristo que dice: "Cobrad ánimo, yo he vencido al mundo, y mi fortaleza divina es tuya"... "He aquí, yo estoy con vosotros siempre" (That I May Know Him, p. 166; parcialmente en A fin de conocerle, p. 167).…