357: Siete decisiones que marcarán tu destino - 29/12/2024 - #1332
MP3•Главная эпизода
Manage episode 458131441 series 3596065
Контент предоставлен Audioboom and Pastor José Luis Cinalli. Весь контент подкастов, включая эпизоды, графику и описания подкастов, загружается и предоставляется непосредственно компанией Audioboom and Pastor José Luis Cinalli или ее партнером по платформе подкастов. Если вы считаете, что кто-то использует вашу работу, защищенную авторским правом, без вашего разрешения, вы можете выполнить процедуру, описанную здесь https://ru.player.fm/legal.
Pastor José Luis Cinalli
29/12/2024
Siete decisiones que marcarán tu destino
29/12/2024
Siete decisiones que marcarán tu destino
“Tomarás decisiones… y… te irá bien en todo… tu vida estará siempre iluminada (TLA)… y sobre tus caminos brillará la luz”, Job 22:28 (PDT, NC).
“Te irá bien en todo… tu vida estará siempre iluminada… y sobre tus caminos brillará la luz”. ¿Quién no diría amén a estas maravillosas promesas? Pero cuidado, estas preciosas bendiciones dependen de una sola cosa: ¡tomar buenas decisiones! ¿A qué decisiones se refiere? El mismo pasaje lo dice: a) Amigarse con Dios: “Acércate a Él de todo corazón… vuelve ahora en amistad con el Señor (NVP)… por ello te vendrán cosas buenas… y volverá a ti la prosperidad”, Job 22:21 (VIN2011, BAD). B) Guardar sus palabras en el corazón: “Acepta la enseñanza que mana de su boca; ¡grábate sus palabras en el corazón!”, Job 22:22 (NVI). C) Limpiar la vida de toda maldad: “… Limpia tu vida… debes alejar de tu carpa el mal”, Job 22:23 (NTV, PDT). El que decida por todo esto tendrá una vida bendecida: “Te irá bien en todo… y tu vida estará siempre iluminada”, Job 22:28 (PDT, TLA).
Mientras viajábamos al sur para acoplarnos al equipo misionero de la iglesia, hicimos noche en Capitán Bermúdez, nuestra ciudad natal. En medio de una charla familiar informal tuvimos la oportunidad de saber qué había sido de nuestros compañeros de colegio. Todos formaron sus familias, pero no todos respetaron sus votos matrimoniales. Algunos se dedicaron a los negocios, otros a la política. Muchos se convirtieron en hombres y mujeres de bien, pero otros consumieron sus vidas en vicios, alcohol y drogas. Incluso más, uno de ellos encontró la muerte sorpresivamente en actos delictivos. Hasta donde sabemos solo dos de ellos se convirtieron a Dios. Criados todos en el mismo pueblo, de clase social media, procedentes de familias religiosas y recibiendo todos la misma enseñanza. ¿Cuál fue entonces la diferencia para que algunos terminaran tan mal? Las decisiones. ¡La vida es el resultado de las decisiones!
En el Siglo XVIII era muy común, especialmente entre los puritanos y a muy temprana edad, hacer resoluciones personales que servían como una brújula para el futuro. Eran listas de virtudes morales que se proponían seguir en la vida diaria para ser mejores personas y mejores creyentes. Reflejaba el sentir de una época en la cual los cristianos anhelaban el dominio propio. Hoy en día seguimos con esa costumbre. Claro está, las resoluciones que se hacen en la adolescencia o juventud pueden no estar escritas en un papel, pero sí en los corazones. Y son esas decisiones que se toman a temprana edad las que impactan grandemente en el futuro de la vida, máxime si incluyen el aspecto espiritual. Las decisiones que tomamos deberían tener como propósito producir un alma apta para la eternidad con Dios. De ahí la urgente necesidad de la constante auto-evaluación espiritual. ¡Más que ser personas morales buscando la aceptación social, apuntemos a ser personas espirituales logrando la aprobación de Dios! Busquemos no solo ser buenos sino piadosos. Por tal motivo, una resolución que excluya la santidad y el ejercicio constante de las disciplinas espirituales como la humillación, la oración, el estudio de las Escrituras y la confianza en Dios, entre otras, tendrá muy poco impacto en generar esa clase de vida bendecida que honra a Dios.
Veamos algunos ejemplos bíblicos. Josué tomó la valerosa decisión de consagrarse y consagrar su familia al servicio a Dios y no le fue mal. Él dijo: “… Yo y mi familia serviremos al Señor”, Josué 24:15 (PDT). Por su inquebrantable decisión de servir al Dios de Israel Rut aparece en la genealogía de Jesús, Mateo 1:5. Ella le dijo a Noemí: “Donde tú vayas, yo iré… tu pueblo es mi pueblo, y tu Dios es mi Dios”, Rut 1:16 (BDA2010). David dijo: “Cumpliré la promesa que te hice: obedeceré tus justos mandamientos”, Salmo 119:106 (TLA). Fue por su inquebrantable resolución que “David tenía éxito…”, 1º Samuel 18:14 (PDT). Jonathan Edwards resolvió disciplinarse en la piedad. A la edad de 19 años hizo 70 declaraciones de propósitos, conocidas en conjunto como sus ‘Resoluciones’. Edwards sabía que debía disciplinarse para crecer en santidad. Mantenerse santo requiere una determinación diaria de vivir de acuerdo con las verdades escriturales. En medio de un tiempo de relajación espiritual, de creyentes perezosos y consentidos consigo mismos, el testimonio de este hombre nos desafía a buscar la semejanza con Cristo como el único medio para glorificar a Dios. También nosotros a los 19 años hicimos nuestra propia resolución. No fueron setenta, pero la única decisión que tomamos siendo novios incluiría cualquier otra que hiciéramos en el futuro. Debajo de un mástil en el patio de la iglesia donde nos convertimos, tomados de la mano y con los ojos puestos en el cielo declaramos que viviríamos para darle gloria. En el verano del año 2015, mientras experimentábamos una sobrenatural irrupción de Dios, ampliamos aquella resolución hecha en la adolescencia y declaramos que haríamos la obra de Dios, a la manera de Dios y para la gloria de Dios. A partir de ese momento ¡la pasión implacable por glorificar a Dios y gozar de Él para siempre sería el propósito de nuestra vida!
Una de las decisiones más importantes que deberás tomar, si quieres experimentar la presencia y el poder de Dios, será la búsqueda implacable de la santidad personal. Observa el texto leído al comienzo. Se promete el bien en todo lo que emprendas “si alejas de tu morada la maldad”, Job 22:23 (VIN2011). En otras palabras, “debes alejar de tu carpa el mal…” (Job 22:23, PDT) si quieres disfrutar de la comunión con Dios. La santificación personal y continua no es una elección, tampoco un curso de posgrado sólo para aquellos que se sienten atraídos por el ministerio; al contrario, ¡es una clase básica para todos los creyentes! La búsqueda de la santidad es para toda la vida. Nadie se gradúa de santo de este lado de la eternidad. “... Procuren llevar una vida santa, porque los que no son santos no verán al Señor”, Hebreos 12:14 (NTV). “Dios nos ha llamado a vivir vidas santas…”, 1ª Tesalonicenses 4:7 (NTV). Jesús dijo que solo “los que tienen corazón puro… verán a Dios”, Mateo 5:8 (PDT). Claro está, la santidad requiere disciplina y autocontrol. Si uno no ejerce el dominio propio nunca verá “el rostro de Dios”, Apocalipsis 22:4. Pablo se auto-disciplinaba para no ser descalificado de la carrera de la fe: “Golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”, 1ª Corintios 9:27. Si el apóstol Pablo ejercitaba tal cuidado en el dominio propio para no perderse, ¿no crees que necesitemos hacer lo mismo? El apóstol agregó: “… Disciplínate a ti mismo para la piedad”, 1ª Timoteo 4:7 (NBLH). Nos disciplinamos para la piedad practicando las disciplinas espirituales. ¡Nos volvemos parecidos a Cristo pasando más tiempo con Él!
Estamos de cara a un nuevo año. ¿Cómo quisieras vivir esta nueva oportunidad que Dios te ofrece? ¿Qué tipo de persona quisieras ser? No interesa dónde estás en la carrera de la fe, ¡todavía hay mucho por crecer! Y este año es una nueva oportunidad. Por tal motivo, toma muy en cuenta las siguientes recomendaciones:
1. Persigue y promueve la gloria de Dios con todo tu ser. Ordena tu vida y vive con fidelidad intransigente solo para honrar a Dios. La meta es vivir para Dios y hacer que también otros lo hagan.
2. Enfócate en la vida espiritual y pon tu mirada en la eternidad. Realiza una auditoría personal y espiritual constante evaluando la dirección, la vitalidad y el progreso de tu vida cristiana.
3. ¡Sé incansable en tu búsqueda de Dios y de la santidad personal!
4. Que lo espiritual domine lo intelectual. No busques la sabiduría humana a expensas de la vida espiritual. Que tus dotes intelectuales y logros académicos sean tus asistentes para servir mejor a Dios.
5. Renuncia al pecado. No te des licencias ni te vuelvas perezoso en tu lucha contra las inclinaciones perversas. Rastrea hasta el origen cada corrupción y confiesa todo pecado al Señor. ¡Resiste al pecado en todas sus formas!
6. Evalúa constantemente el pulso espiritual de tu vida considerando el uso adecuado de tu tiempo, tus relaciones, conversaciones, pensamientos, deseos, motivaciones y actividades.
7. Ama, sigue y sirve a Jesucristo hasta el límite de tu capacidad. Vive una vida centrada en Dios consciente de que estamos al borde de la eternidad. El tiempo debe valorarse, la muerte debe evaluarse y la eternidad debe considerarse. En resumen: ¡no vivas para ti mismo, vive solo para honrar a Dios!
358 эпизодов